BANEAR

sábado, 14 de diciembre de 2013

Pasos

 Una cómoda habitación, hermosas pinturas en las paredes, temperatura ideal, me siento cómodo sobre esta alfombra. Hace frio afuera, aquí me siento seguro.

 Ella camina hacia mí, se sienta a mi lado en la alfombra.
 Un hogar ardiendo en la pared, que cliché.
 Ella ha preparado un pastel, “Feliz Felicidad Juntos” dicta el mismo.

 Yo sonrío y ella me besa. Caemos los dos a la alfombra y nos perdemos en nuestros sentimientos. La abrazo y la recorro con mis manos.

 Me besa apasionadamente y rasguña mi espalda, siento la sangre fluir. La adrenalina sube, me besa, recorre mi boca con su lengua y me quita la camisa. Está agujereada y manchada de sangre, la tira al hogar y me besa más.

 Beso su cuello, ella no me mira.
 ¿Arte, qué pasa?

 Tomo su rostro con mis manos, miro sus ojos. Algo no cuadra, no abre los ojos, no puedo ver su brillo.
 De hecho, no veo ningún brillo ¿Qué le pasa a su cabello?
 ¿Arte… tú eres Arte?

 Finalmente abre los ojos, no tiene color, tampoco su cabello.
 Clava sus uñas en mi espalda y suelto un grito. No me puedo mover. Su cara se cae a pedazos, su piel, su hermoso rostro.
 No debo llorar, ella no es ella, ella no es Arte.

 Me volteo, me pongo sobre ella y la tomo en mis brazos. Se ha caído a pedazos.

 No lo puedo creer, es ella, es Arte ¿Qué le ha pasado?

 Veo algo, al parecer sí hay algo en sus ojos, sí veo las sombras de Arte ¿Cómo fue que hice la vista gorda? ¿Cómo creí que ella no necesitaba mi mano para poder aclarar su vida? Al parecer Arte todavía no es lo que debe ser, lo que será.
 Es gracioso, ella es el primer paso de Arte, ella se levanta, quiere llegar al segundo paso, su rostro está  como antes.

 Veo color en sus ojos, veo color en su pelo. Su brillo es el de antes, veo color en su cuerpo, en sus piernas, en su sexo, en su estómago, veo su brillo otra vez.
 Yo sangro, tirado sobre mi espalda en un charco de mi propia sangre. Sigo vivo, muy vivo, Arte me mantiene vivo, su brillo.
 Ella, desnuda, camina hacia mí, se recuesta en mi pecho y dibuja un corazón sobre mi mejilla con mi propia sangre. Sabe que me mantiene vivo, sabe que me hace reír, qué imagen debemos estar dando.

 Su boca se abre, este es otro de esos momentos, cierro los ojos, solo quiero oír.
 Música: ¿Qué es el Arte?

 Tomo su mano, la conduzco a hacía su espejo enorme que hay en la habitación y me coloco detrás de ella ambos de cara al espejo.

 Tomo su pelo y beso su cuello, ella se revuelve de placer e intenta girar para besarme. Le digo que pare y que se quede quieta, que mire el espejo, que me deje responder su pregunta.

 La beso, no me dejo un lugar, puedo ver lo que ya sé, le gusta que la bese porque lo hago como sé que le gustará, como sé que sentirá todo eso que quiero que vea; me detengo a pensar, cuánto la quiero, es increíble, incompresible y casi inimaginable, aún así es muy real.

 Su mirada inquieta se queda fija en el espejo. Su pelo, sus hermosos ojos, su incomparable cuerpo, inimaginable y casi imposible, todo lo que siento dentro de mí, no puedo creer que sea posible, y yo; yo, ese nadie quién la ha besado, ese nadie que para ella escribía, yo.

 Yo ese que encuentra la belleza en Arte, el placer.

 El que encontró mayor felicidad al pararse en frente de ella, al mirarla y rozando sus labios con los míos, mirando sus ojos y tomándola suavemente de su rostro le dice:
“Todo lo que veo es Arte cuando estás a mi lado. Toda lo que eres me hace feliz; todo lo que representas; cada palabra que dices; cada momento me hace feliz. Y en la total sanidad y lucidez de mi mente quiero que lo sepas. Juntos somos felicidad. Juntos seremos todo lo que anhelábamos. Juntos seremos los protagonistas de esa vida feliz que tanto esperamos y tan conocemos. Juntos somos Arte, juntos somos la pintura anhelada, juntos el dolor es cosa del pasado.
Juntos el arte no se desvanecerá.”

Sus ojos se centran en mí, no mirándome, apreciándome. Las luces se apagan.

No puedo ver, no sé qué está pasando, no sé qué va a pasar.

Estoy asustado.

Estoy muy asustado.
Siento una mano tomando la mía, esos delicados dedos, la deliciosa sensación de sus ásperas palmas tocando mi mano. Estoy asustado pero aún asó soy feliz.

Soy feliz al sentir su mano tomando la mía.


Uno de sus besos, no le temo a la oscuridad. No le temo al porvenir.

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