¿Por qué dices tan poco y pienso tanto? ¿Qué es de lo que
alguna vez se ha prometido? ¿Dónde irán a parar tus falsas palabras? ¿Qué necesito
para alimentar mis celos?
Pocas de las preguntas que pienso ahora, mientras intento
saber si este es mi punto final, mi última parada.
¿Qué pasará si me voy ahora? ¿Qué pasará si no somos quienes
queremos ser? ¿Qué pasará si seguimos siendo solo una tensa conversación, solo nuestras
dos caretas que no se atreven a afrontar la realidad?
¿Esto es normal? Me faltan las palabras, me falta el valor
¿El valor para qué? ¿Qué? ¿Qué quiero? ¿Qué quería? Eso tú lo sabes ¿Qué me
arrebataron? Nada.
No me han arrebatado nada.
¿Qué cosas dijiste? ¿Cuáles no las he inventado yo?
¿Cuándo dijiste que siempre estarías?
¿Cuándo dijiste que me querías?
¿Alguna vez signifiqué algo para ti?
¿Sabes algo de esto?
Claro que no.
Deberías aprender a hablar más sin tener que mentirle tu
propio ser. Debería saber qué es lo que importa.
Debería pensar las cosas.
Debería amar menos.
Debería entender.
¿Ya no más? ¿Esa es la solución? Me aterra pensarlo. Debo
aprender qué necesito.
Debería aprender a quién amar.
Debería aprender a juzgar a las personas.
Debería conocer antes de entregar mi corazón.
Debería aprender a hablarte sin derrumbarme.
Debería aprender a amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario