Arte fue mi lienzo y yo pinté. La expresión fue amor, nada
más. Cada pincelada, un beso. Mi pintura y su cuerpo, sus caricias y mi lejano
dolor. La paleta, nuestra imaginación, nuestro juego, la pintura anhelada.
No necesitábamos nada más, solo éramos los dos.
No necesitábamos nada más, solo tiempo, intención y amor
sobraban.
No necesité nada más, tenía tiempo sin ser feliz.
Amor, ¿Qué más podría impulsarnos a hacer eso?
¿Sueños? No necesito decir eso.
Yo la amé, la amo, en este momento nada más importa.
Los besos, las caricias, fue el único momento en el que de
verdad pude expresar qué sentía por ella; las palabras no me faltaron, no las
necesité.
No necesitábamos nada más, solo seguir vivos, solo poder
seguir amándonos por más, y más tiempo.
Nuestros besos, nuestras caricias ¿Qué más importa?
¿Dejaré de amarla? ¿Llegará el momento en que desee haber
terminado todo, haberme puesto un final? ¿Qué pasará con el mundo a nuestro alrededor?
No me importa lo demás, solo Arte.
Yo la amo, la amé y… ¿Lo soñé? ¿Algo así pudo llegar a ser
real? ¿Sí? ¿No? ¿Tal vez? Arte es por siempre un punto y coma, algo que pudo
haber terminado, pero alguien quiso seguir.
Solo es debido saber que ella está ahí para mí, siempre está
ahí, cada vez. No será siempre así, no me importa nada más, este es el momento
en el que hay que vivir y pienso hacerlo durar.
Arte y yo. Expresión. Lienzos, sabanas, mentes. Corazones,
sentimientos, anhelos de felicidad y libertad.
Libertad y felicidad tomados de las manos, espejos y
reflejos. Verdades y amor.
Cada uno es libre, cada uno puede ser lo que desee.
Cada uno puede pintar, cada uno puede amar.
Ella es Arte, cada día estoy más seguro.
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