BANEAR

domingo, 3 de noviembre de 2013

Mi baño

Aquí estoy otra vez. Me apoyo en la pared, últimamente me cuesta permanecer de pie. Sé que no tengo mucho tiempo, debo apurarme para terminar con esto.
Nunca estuve solo, eso lo sé, pero siempre así me sentí. No había nadie a quien quisiera de verdad, hasta que la conocí, mi amor que ya tenía a otro amor. Me obsesioné y ahora estoy muy herido. Desde que la conozco que este baño ha visto lo peor de mí, lo peor que podía hacerme. Hoy no será una excepción.
La afeitadora se cae de mi mano. Mi pulso ha disminuido mucho desde la primera vez, uno diría que fue hace años, pero no, solo unos míseros meses. Vuelvo a agarrarla y se vuelve a caer. Me agacho lo más que puedo para poder agarrarla, intento reafirmar mi pulso. Es difícil pero por fin lo logro. Espero unos minutos a que mis manos dejen de temblar y tomen un color más normal, entonces saco la navaja de la afeitadora.
Me ayudo del lavabo para poder pararme y me miro al espejo. Veo a un chico que en algún momento estuvo en un buen estado, pero ahora ya es otra historia. Estoy flaco, mucho más flaco. Mis costillas sobresalen muy definidamente, ella me había dicho gordo, eso no podía ser más así. Bajo mi mirada por mi malherido brazo, no puedo creer que yo mismo me haya hecho eso, veo la navaja, mi única compañera. Parece un cliché pero ella es la que siempre estuvo cuando la necesité, y vaya que la necesité.
Corto, corto, corto. Adiós panza. Corto tres líneas perpendiculares justo al inicio de mi panza y escribo su inicial mi ombligo. El baño se está llenando de sangre más rápido de lo que pensaba, debo apurarme, el acto debe concluir.
¿Cómo es eso de que parezco serio? ¿Será porque me siento triste? ¿Te molesta? No te preocupes, afirmo la navaja y me tallo una sonrisa de oreja a oreja. Eso quería, parezco muy feliz.
Debo actuar rápido, si llego a dudar, a perder solo un segundo el acto no acabará.
¿Qué seguía? Debí haber traído el guion conmigo. Oh, sí, sí. Su precioso nombre. Primero en mis pectorales, mis piernas y luego en… No. No, no, no, mis brazos no. Casi no tengo pulso, tengo que acabar esto. Continúo escribiéndolo en mi espalda, estoy muy orgulloso conmigo mismo ¿Qué es eso? Oh no, dolor, mucho dolor. Pensé que los calmantes funcionarían, al fin y al cabo me tomé casi toda la caja. Debo seguir. No duele tanto, ella me ha hecho sufrir más, debería estar más acostumbrado de lo que estoy.
Empiezo a sangrar más de lo que esperaba. Esto no era así, así no lo había planeado. Ella no debería haber hecho eso, mi cuerpo no debería reaccionar así. Golpeo mi cara con mis manos, repetidamente. Tomo el espejo, me miro, estoy llorando. No quiero ser ese, no quiero vivir como él. Tomo carrera con mi cabeza y golpeo el espejo, estoy aturdido pero lo vuelvo a hacer. El cuarto golpe me hace caer, el suelo esta duro y tenido, adiós.

Ella me odia, yo me odio, me detesto, no me quiero para nada si tú no lo haces. Ella está enojada, estoy enojado, estamos enojados conmigo. Sí, sí, sí, eso me gusta, estamos. Me odiamos juntos, volveremos a tener cosas en común. Quiero que vuelva, no quiero que sea así, no me imaginé que me lo podría llegar a merecer. Mi cabeza sangra, estoy bastante seguro de que mi nariz está rota y que tengo pedazos de espejo por todo el rostro. Labios cortados y no por su boca. Ella me odia, yo me odio. Ódiame, pero ódiame conmigo, juntos, solo quiero que pasemos tiempo juntos. Lastímame, justo como yo lo hago, hazlo, hagámoslo, juntos.

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