BANEAR

lunes, 4 de noviembre de 2013

Herzeleid Chronicles

Durante toda mi vida tuve motivos propios para sufrir, quizá las penas de corazón valgan menos que el luto, quizá no. Cada uno es capaz de elegir por qué motivo sufrir. De la misma manera cada uno encuentro consuelo en lugares diferentes. Y sí, así lo hacía yo, escribiendo, hasta que encontré algo que me gustó más.
He recorrido muchos lugares buscando consuelo, creer que llegue a esto “porque sí” sería estúpido, muchas personas me han prestado su ayuda, pero aún así me he sentido solo, incomprendido quizá.
Diría que estoy muy consciente de que hasta aquí llegue, pero sé que es el efecto de la tristeza. No puedo decir que mi vida haya sido mala o algo por el estilo, al contrario, sé que aquí acabará algo que pudo haber sido más. Mis pensamientos están nublados desde hace tiempo, nublados por ella. Solo puedo preocuparme en ella. Solo puedo pensar en qué será de ella.
Di todo lo que había a mi alcance para que eligiera una salida que la haga feliz a ella, fuera lo que fuera de mí. Espero que ella sea feliz, realmente.  No espero que el hecho de que yo decida terminar aquí pueda hacerla entender el por qué de todo. El por qué de mi interés, mi compresión y mi ayuda. Mi por qué. Yo lo sé, pero no me atrevo a decirlo, aún en estos momentos.
Me hubiera gustado haber podido hablar con ella otra vez, saber cómo estaba, saber si mis aportes habían dado frutos, saber si yo todavía importaba.
Nunca expresé qué quería yo claramente, solo la tinta de mis cartas dejó vislumbrar un poco de eso. Supongo que solo quedarán sus expectativas y yo me iré con la verdad.
Un cambio no debe ser influenciado, de esa manera es inútil. Ella necesita cambiar, aunque para lograrlo necesite un evento que la haga reflexionar.

No tengo más que decir. Tengo todo listo en el baño. Adiós.

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