BANEAR

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Su Lugar

Un día Ella se sentía mal. Un día Ella durmió. Un día su mente Ella exploró. Ese día ella soñó.

Soñó que recorría interminables planicies de colores pastel, soñó con una tierra donde todo era felicidad, se embriagó de ella y en un sueño Ella fue feliz.

En su sueño no se podía navegar, Ella no quería navegar. Su sueño parecía no terminar, el color pastel del cómodo suelo le daba paz. El cielo era heterogéneo, el amarillo y el violeta se asemejaban a esos colores, pero nunca llegarían a serlo. En la distancia, muy a lo lejos, se asomaba, allá a lo lejos, un lejano castillo que estaba muy alejado.

Sin pensarlo dos veces tocó la puerta y entró por si sola, esa era su voluntad, era su castillo, sus colores pastel, su mundo, Su Lugar. El castillo era el más pequeño de los más grandes y antiguos. Sus cabellos color escarlata danzaron por todo el vestíbulo al ritmo de su alegre paso y su ligero tarareo.

Ella soñaba y bailaba, soñaba que bailaba, bailaba en sueños. No podía ver más el cielo pero podía sentirlo en su piel, todo era placer. Cuando cruzó la puerta chiquita su sueño se salió de su control. Su Lugar ya no era más de ella, pero era suyo. Su Ligar no pudo ser controlado y el cabello perdió el tono escarlata. Su lugar no tenía cadenas, como Ella alguna vez tampoco las tuvo. Su Lugar se había abierto para algo nuevo. 
Malos augurios del cielo fueron los que la alarmaron.

Se despertó sobre los colores pastel, oscuros y grisáceos, que cliché. Se despertó pero dormía. Bostezó prolongadamente y con un alto volumen, los animalitos que rondaban por ahí explotaron. Ella no se percató.

Ella vio una balsa. Ella quería navegar. Navegó, en balsas dolorosas, algunas hicieron que lastime su cuerpecito, otras la molestaban. Una última le trajo problemas. Al principio le llamó la atención. Ella navegó sobre esa balsa. No sentía que fuera lo que ella quería. A veces a Ella le dolía. De vez en cuando Ella lloraba. Quizá algún día que otro ella lloraba. O quizá lloraba cada mísero día. Esa no era la balsa que ella había imaginado.

Intentó atracar en otros puertos, necesitaba de otros puertos, pero Ella no pudo bajar de la balsa.

El Tiempo pasó. Su Lugar se había tornado oscuro. El Mar que Ella disfrutó alguna vez era ahora petróleo crudo. Siempre llovía horriblemente, la lluvia de Su Lugar era insoportable para cualquier ser. Llegó el día donde Quien lo ha Vivido ofreció una mano a Ella. Esa mano había estado allí por un tiempo, Ella no sabía si tomarla o seguir con esa vida que tanto odiaba ¿Raro no? ¿Una decisión difícil? Pues los lazos que Ella alguna vez tuvo a esa balsa seguían tirando, Ella estaba indecisa.

 Todo era muy confuso, a Ella la tripulación la confundía, una tripulación de tres en una balsa de dos. El Tiempo continuó, él no la esperaría. El Tiempo caminó y marchitó su mundo. No culpen al tiempo, ¿sí? Ella era ama de El Tiempo. Ella seguía siendo ama de Su Lugar. Ella no lo sabía controlar.

Su Lugar, Su Cabeza, Su Corazón, sinónimos.

Ella no sabía qué hacer, la tripulación discutió y ella mordió la mano de Quien lo ha Vivido, su única ayuda. 
Lo que menos necesitaba sucedió, mentiras y falsas promesas, un motín en la balsa. Un motín ocurrió en Su Lugar, Ella no lo soportaba.

Ella se corrompió. Ella seguía marchitándose. Ella no sabía qué pensar, no quería ver más a las caretas que todos mostraban, ni siquiera quería ver la suya.

Quien lo ha Vivido volvió. En realidad, nunca se había ido. Ella lo había ignorado. Ella lo había desterrado. Él era un Desterrado. Él estaba allá.

Todos gritaban y varias caretas habían caído. Varios habían quedado expuestos. Este grupo tenía miedo, algunos porque no querían estar expuestos, otros porque no sabían de dónde habían salido sus caretas.

Parte de la tripulación saltó de la balsa. Ella tomó la mano de Quien lo ha Vivido y lo escuchó atentamente.

Sentó su maltrecho cuerpito en el trono de Su Lugar que Quien lo ha Vivido trajo para Ella. Quien lo ha Vivido tomó su  espalda y la acarició. El cabello escarlata estaba gastado y ya había pasado por mucho, él jugó cariñosamente con este. Su cabello escarlata retomaba su color, Ella sonreía.

-Esto es solo un paréntesis en tu vida, un sueño real de los muchos que has tenido y tendrás. Ya no debes llorar por esto, ya no hay razón. Pronto podrás descansar, relajarte y ser lo que deseas. Esto no está resuelto, debes atar los clavos sueltos, debes levantarte con la frente en alto. El puerto espera, nuevas balsas, nuevas historias, nuevos sueños, todo está allí, si es que lo deseas –. Dejó de peinarla para ponerse en frente de Ella, tomó su mano y la besó –No me iré, no podré irme sin que seas feliz. Vamos, es hora de despertar, intenta no bostezar tanto, me apiado de quienes te escuchen -. Ella sonrió y se paró.

Quien lo ha Vivido puso sus manos en sus bolsillos traseros y anduvo caminando por la orilla junto a ella, la luz brillaba. 

Ninguno lo dijo, pero los dos tenían una lágrima en la mejilla.

No miraron atrás y abandonaron juntos Su Lugar.


-Hasta mi próxima crisis...- Dijo Ella y despertó.

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